Travesía Cabo Froward Solitario

Semana de fiestas patrias en Chile, partiendo con un fin de semana largo, mas todas una semana siguiente por distraerse y ahí estaba yo, dándole vueltas en mi cabeza a donde ir con 9 días por delante, hasta que se cruzo en mi camino algo que jamás había conocido, Cruz de Froward, había visto muchas fotos, amigos que habían recorrido los senderos, cruzado los ríos con el agua hasta la cintura y sus mochilas sobre la cabeza, cargados como mulas en un viaje de 6 días terrestre. Siendo día viernes decidí en algún momento partir en kayak en modo solitario a ese paraje, pero no sabia cuando, revise el clima y el viento se venia de sur a norte, un viaje que me daría de frente remando hasta agotarme, con las mejores condiciones climáticas estimaba remar 4 días a lo mas, eran 64 kilómetros en total de ida y regreso, planeando remar 15 diarios o inclusive un poco mas así lograr mi meta en 3 días, algo soñado pero que no sabia si mi cuerpo lo resistiría. Así paso sábado, domingo, lunes y martes 18 de Septiembre me levante pensando, que era ahora o nunca, tenia todo mi equipo listo, comida, logística y otros, como diría un montañero iba en estilo alpino, lo mas ligero posible, eso era un monopolar, traje seco, saco de dormir, saco vivac, una colchoneta, una hamaca ligera en caso de lluvia, anafre, olla, comida y 6 litros de agua, osado con el agua ya que anduve justo.

 

Siendo medio día, almorzamos en familia y a las 14:40 partimos en el vehículo rumbo a fin del camino de la península de Brunswick, para bajar el kayak hasta la orilla, cargarlo y colocarme a remar, a las 16:00 comenzó mi travesía, tenia alrededor de 20 km/h de viento sur, pegando directamente de frente y corriente sur, un ligero oleaje que hacia de proa a popa un bamboleo de aquellos que recuerdan cuando iba en el caballito del carrusel, nada dramático ni exigente, así trazándome la ruta saltándome las bahías, reme hasta las 19 horas con un total de 16 kilómetros aproximadamente, ya que cuando salí, de la emoción olvide encender el GPS, pero según maps.me, había recorrido esa distancia, toda la costa era un eran paredones de roca que no permitían atracar, solo una pequeña isla de unos 20 metros de diámetro con una orilla de playa de 6 metros, se destinaba a ser mi primer campamento, estire mi vivac, metí la colchoneta y saco, me dieron las 20:00 horas, no tenia hambre, ya que el almuerzo de la suegra había sido brutal, solo me hidrate y comí un chocolate para endulzar mi noche, la que se atardecía asomando las estrellas una a una, hasta dejar una vía láctea sobre mis ojos, caí profundamente dormido sin pensar en que hora quería despertar, hasta que las 9 de la mañana una alarma de la naturaleza hizo lo suyo y me despertó, gaviotas merodeando en la orilla, me levanto a preparar un desayuno, ordenar mis cosas y seguir, buen día, la misma condición de clima del anterior, una calma en mi interior de haber dormido en un lugar, donde difícilmente algún cuadrúpedo me podría haber acechado, ya listo para partir, 10 am, retomo rumbo con ese viento austral que te quema la cara, en ese momento entendía a nuestras etnias canoeras como sobrevivían con unos cuantos cueros y yo ahí…batallando equipado de línea, me sentía una vergüenza, remo y remo incesantemente siempre siguiendo la línea costera, ya con menos bahías pensando cuando podría ver mi destino, hasta que en un par de segundos, diviso a la distancia la Cruz de Froward sobre un cerro a unos 300 metros de altura, mi cabeza se fue en blanco y dentro de mi mente sentí un (wuaaaaaaaaaaaaaaaaaaa, lo logre!!! Paños fríos seguidos y pensé, aun me falta regresar, pero ya estoy aquí), atraque cerca de un sitio donde existen unas cintas colgando de los arboles donde se forma un pasadizo y a su interior un claro donde se establecen los visitantes con sus carpas, claras marcas de que habían hecho fuego en el lugar y no solo una fogata…sino varias, plásticos tirados…basura, una tristeza me invadió pero bueno, me tome un tiempo en levantar la basura que existía y ordenar los plásticos, que seguro cumplieron función de footprint para alguna carpa, las arrime en un lado bien dobladas con dos troncos encima para que no se vuelen y puedan ser re utilizados, solo me dio para traer de vuelta la basura sobre el bote tras el cockpit, en fin, logre armar un campamento, estando en el bosque decidí tender la hamaca, ya eran casi las 18 horas, mientras la cocinilla hacia lo suyo calentado agua para una cena liofilizada, que no tenia nada de sabroso pero cumplía su objetivo, esa noche no tuve estrellas, solo las copas de arboles.

 

Mi plan era despertar temprano, subir hasta la cruz, bajar empacar y volver; desperté 7 am, tome un poco de agua, agarre unas barras de cereal, un chocolate, camelback, un cordin de 7mm por 12 metros y 3 mosquetones, con el pantalón del traje seco puesto, los botines y la chaqueta colgada a la cintura emprendí rumbo cerro arriba, creí que seria duro, pero no lo fue tanto como mi mente lo impuso, al llegar arriba un viento de 30 km/h daba de oeste, miraba la cruz imponente, parado en el fin del continente latino americano, ya estaba ahí, solo restaba hacer lo que siempre había soñado, subir al tope de la cruz, por el interior existe una escala gato, tome el cordin, realice un arnés de calzón como me enseñaron mis compañeros de bomba allá por el año 1996, dos cowtail con mosquetones y a subir, al llegar arriba, bien anclado, entendí todo, la vista fue un regalo increíble, era todo lo que había soñado, no les describiré por que tienen que llegar a verlo, ya tras unos unos minutos arriba decidí bajar para volver al campamento, donde tenia mi kayak guardado con todo el equipo dentro, era cosa de sacarlo entre los arboles meterlo al agua y a remar, baje raudamente casi trotando, tome el bote y comencé mi retorno, mi pronostico eran dos días, cosa de llegar el viernes, remando 16 km diarios, tenia un leve viento sur y corriente sur, lo cual favorecía considerablemente, lo que finalmente me llevo a remar los 32 kilómetros en un solo día, el único problema que mi apoyo logístico de recogida sabia que tenia que estar el viernes en punta árbol con el vehículo, así que antes de llegar pase por un lugar conocido como faro san isidro donde existe una hostería, que casualmente estaba siendo cuidada por una conocida de los años, en ese lugar existe un punto donde se logra tener telefonía móvil, atraque a la orilla de la playa, justo estaba ella ahí sentada tomando unos amargos, conversamos un momento, en eso aparecieron dos señoras de mediana edad solicitando ayuda para lacear una vaca que estaba pariendo y al parecer un potrillo muerto por la necrosis evidente del animal, su preocupación era que no muriera la vaca por el animalito muerto que llevaba en su interior, pillamos una cuerda del suelo corroída por la sal que estaba durísima y fuimos en búsqueda del desafortunado animal con la intención de ayudarla en su parto, al llegar estaba echada, nos acercamos, se coloco en cuatro patas, esquiva a nuestras intenciones, éramos 4 tratando de lacear pero finalmente no logramos ya que esta mucho mas ágil se escapo, volvimos frustrados por no poder haber logrado el cometido pero satisfecho con no haberme quedado de brazos cruzados, logre establecer comunicación telefónica con mi apoyo logístico de recogida, indicando que llegaba en una hora, ya siendo las 17 horas, me senté en la playa con maca y su pareja a por unos amargos más, tenia tiempo de sobra, solo restaban 4 kilómetros para el punto de recogida, así como a las 18 horas, emprendí mi vuelta, al llegar al punto y ver que no estaba el vehículo, seguí remando, al final el camino va al lado de la playa, tarde o temprano nos veríamos, y así fue unos 800 metros mas delante de lo acordado, fui recogido, cargue mi embarcación sobre el vehículo y nos volvimos a la ciudad, yo sentado de copiloto con mi cabeza aun en el agua, el fin del mundo, con el calor y viento de mi rostro quemado, con la sensación de soledad que se disipaba a medida que avanzábamos por la carretera, todo lo hermoso había finalizado, un viaje solitario que me dejo un hambre de exploración insostenible, con la determinación de seguir mas allá de lo conocido. Cosas que aprendí, es que la planificación como indica Leave No Trace es fundamental, impactar lo menos posible, retornar tu basura, disfrutar de la música que otorga la naturaleza, detenerse para admirar lo imponente y minúsculos que somos, todo eso mas agradecer a la tierra y el mar por darme la oportunidad de hacer un viaje con retorno.

 

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